Seguidores

lunes, abril 04, 2011

La concertación no murió

Por eso no hace una autocrítica, porque está muy viva en el poder parlamentario. En efecto: las parlamentarias fueron todo un éxito. Poco importaba el candidato presidencial, las máquinas estaban trabajando para las parlamentarias. Por eso el pacto con el partido comunista, que también “ganó” tres diputados. La presidencial, era solo un premio de consuelo, que dado el contexto institucional heredado, no tenía mayor importancia.
¿Cómo puede ser un fracaso tener a Guido Girardi como presidente del senado? Además 19 senadores electos, de un total de 38, nos da un total de 50%. Más Alejandro Navarro, curiosamente del MAS. Un éxito.
En la cámara menor, tenemos 54 diputados de la concertación, 3 del Partido comunista y 2 del PRI y 5 “independientes”: René Alinco (ex PPD) y Pedro Seguel ( cercano al MAS) sobre un total de 120. Sumemos comprensivamente: 61. Un triunfo.
El binominal
Así de sencillo es el escenario. Históricamente esto se entiende desde el sistema binominal heredado de la conflictuada cosmovisión de los últimos días de la dictadura pinochetista y mantenida a toda costa por los parlamentarios de la derecha en los primeros períodos parlamentarios y después apoyada implícitamente desde Lagos en adelante. No es falso que el mejor objetivo de una negociación sea el carismático y acogedor gana-gana.
En la realidad de nuestros “representantes” no hay autocrítica, porque no hay derrota. No importaba la calidad del candidato, el senador Frei, tenía todo por ganar y por eso recogió el guante. También por eso el encono contra “marquito”, porque atentaba contra el equilibrio del balancín diseñado por Jaime Guzmán y su prudencia a prueba de revoluciones. Y funciona.
Non Serviam
Así las cosas, la mayor dificultad estriba, tal como supone el binominal, en deshacerse de nuestros cómodos liderazgos agazapados en las cámaras del legislativo. Porque tal como se observa durante el período de campaña, el peor enemigo de un candidato o candidata es su compañero de lista.
Misma razón que explica que no surjan ni surgirán nuevos liderazgos, hasta que nuestros pacientes votantes actualicen las decisiones políticas a esta realidad. Mientras eso ocurre, “nuestros” representantes, pésenles o no la escena, pueden cerrar sus despachos, sentarse en sus mesas y encender los laptops murmujeando un leve Non Serviam y quizás un recalcitrante ¿y si nos dejáramos de patrañas…?

No hay comentarios.: