Seguidores

domingo, enero 07, 2007

La belleza conflictúa a una divinidad.

Cambiando un poco su atuendo
Pretendía parecer un poco menos
Notorio.
Su belleza lo traicionaba
Marcando una atracción poderosa
Mostrando a los demás
Que su ser tenía supremacía.

En su pueblo
Se creaba una nueva categoría
Para mirar al hombre.
Eran las ideas
Que enceguecían el juicio
Profetizando de ese modo
Un final prematuro al
Poder de la naturaleza.

Hermoso,
Su destino estaba señalado.
Una noche, caminaba
Sin abrigo ni espada
Pretendiendo ser
La imagen construida
Para pasar desapercibido

Al pasar frente a un templo
-No creía ni era devoto-
Una diosa se fijó en él
Minimizando sus atributos
- piel morena, bellos labios y
Mirada penetrante-
Confiado.
Señalándolo sutilmente con el mentón
Pensó poseerle.
Pero nada manifestó nunca a nadie.

El joven pensó
Que ser bello en la
Nueva escena era una desgracia.
La diosa se encerró
En el templo:
Prefirió estudiar pergaminos
Misteriosos
Antes que acercarse a un Mortal.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cuando dejaras tu abrigo y espada..?

Sergio Sánchez Bustos dijo...

no soy yo quién camina en este poema
Es la diosa la importante