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viernes, septiembre 29, 2006

¿Self control o represión?

La verdad es fácil de contar. Estaba seguro de lo que hacía y pensaba en la forma de transmitir esa seguridad. Pensó que no existía más mundo que para él y que había que disfrutarlo al máximo. Ya era hora que liberara su ser, su esencia hacia donde fuese conducido por la misma. Ya no habría que soportar más espejos observando una y otra vez cada gesto y cada movimiento que se esperaba. Cada paso observado minuciosamente para caer siempre en el espacio esperado, sin salirse ni un ápice de lo trazado previamente. Y así envejecer pensando que logró contribuir en algo a cambiar la humanidad, en el sentido histórico que puede dársele al proceso evolutivo de la misma. Pero perdiendo de vista que ese conjunto de personas que habitan el planeta es irreductible a un concepto. Es pretender, solapadamente, guíar al ciudadano por la senda correcta. Pero inconcientemente transitar una huella marcada por otros. Y en el torbellino de señales que nos siguen desde el pasado, se revela la libertad, enmascarada tras toda actividad humana, escondida pidiendo que la dejen tranquila, para poder reposar y dejar que la sociedad construya sus monumentos a la civilización. Sus metas de desarrollo, igualdad y equidad. Pero todo esto construido sobre el reflejo del deber ser, que palidece ante la verdad del ser. Verdad que ahora es llamada inmoralidad.

1 comentario:

V dijo...

SECULARIZACION.


Un abrazo grande